sábado, 21 de abril de 2012

Primeras salidas a los corzos

Llevamos quince días de abril, el campo está recibiendo algo de agua, que sin duda se necesita en toda la península. Los partes meteorológicos en la mayoría de los casos daban lluvias, aunque no siempre ha caído el agua suficiente.

En los meses anteriores habíamos identificado varios corzos, algunos todavía con correal y otros apunto de quitárselo de encima.


Esperábamos con impaciencia el inicio de la temporada. Llego por fin el día 1 de abril, que cayó en domingo por lo que decidí subir a Burgos a estrenar nuevo coto. Ese primer día me fui con las ganas, empezó a llover nada más llegar al coto, la tarde se puso desapacible, aunque las ganas y la ilusión lo ponían todo mucho más optimista.

Iba pasando la tarde y en las siembras no había movimiento, esperé hasta que cayese el sol, por si en ese momento algún corzo receloso se asomase, pero no hubo suerte.

Días más tarde llegó la semana Santa, tocaba ir a Ciudad Real ha pasar esos días de vacaciones. Estos corzos de aquí los teníamos un poco más identificados, aunque ya se sabe que a los corzos les gusta dejarse ver cuando no puedes cazarlos y desaparecen cuando se puede ir a por ellos.

Salimos tres tardes con suerte dispar, la primera tarde fue el jueves Santo, después de los oficios y con unos nubarrones que presagiaban lluvia. Nos fuimos a una parte de reciente reforestación, que es muy querenciosa para los corzos, debido a que ramonean los brotes nuevos que están tiernos recién salidos.

Nada más bajarnos del coche empezó una tormenta de agua y granizo, que hizo que durante unos minutos volviéramos al coche y esperásemos que escampara. Cuándo bajo la intensidad de la tormenta se quedo una tarde muy buena.
Empezamos a recechar, fuimos oteando cada palmo de la reforestación en busca de algún movimiento. A lo lejos vimos un bicho que por la distancia no supimos identificar, en vista de la lejanía nos dispusimos a ir en su búsqueda para tenerlo al menos a tiro de prismáticos. Nos fuimos acercando mientras el corzo se iba moviendo poco a poco entre las filas de alcornoques y encinas. Más o menos íbamos acortando distancia hasta que por fin cuándo nos encontramos a una distancia razonable, pudimos comprobar que se trataba de una corza. Se nos hizo tarde y dejo de verse con claridad por lo que pospusimos otra búsqueda para el siguiente día.

La tarde del viernes Santo nos dispusimos a recechar otra zona, esta vez, un valle surcado por un pequeño arroyo, en el que sabíamos que tenía que haber un macho porque estaba marcando el territorio aunque no lo habíamos visto.
Pasamos toda la tarde escudriñando el vallejo, dando solo con varias corzas y la piara de guarros con rayones que ya comente en otro post anterior. Del macho, nada de nada, aunque volvimos a ver muy marcado su territorio y con evidencias de que por allí tenía que encontrarse.

La última tarde, volvimos otra vez a la zona reforestada. Entramos a contra mano de como lo habíamos hecho la vez anterior. Fue transcurriendo la tarde, divisamos varías corzas, alguna bien gorda, presagio de una buena paridera.
En un momento dado, con los prismáticos le pareció, a mi hermano Jacobo, ver unas orejas debajo de un chaparro. A su indicación me puse a mirar también y cual no fue nuestra sorpresa cuando encontramos tumbado un corzo.
Estaba ajeno a nuestra presencia, le asomaban los cuernos por encima de las orejas, tenía bien formadas las seis puntas. Lo único malo era que estaba tumbado y el tiro era imposible.

Nos fuimos acercando, Jacobo llevaba el rifle y a cada paso me preguntaba si podía tirar o esperaba. Yo desaconsejaba un tiro tumbado, por la facilidad de errar el lance. Le dije que estuviera atento porque el corzo podía levantarse y salir corriendo, si nos pillaba en el acercamiento.

Pudimos acercarnos a tan solo 50 metros, ya que ante algunos silbidos el corzo no se había movido. Le dije a mi hermano que le apuntara, que iba a atraer su atención y que tenía que ser rápido. Así hizo, a una indicación mía, pegue un leve grito, levantándose el corzo sorprendido, momento que aprovecho mi hermano para cazar su primer corzo.
Después de las felicitaciones de rigor, las fotos y el avío de la canal, nos volvimos a casa felices por acabar la Semana Santa de la mejor forma posible.

JAA

1 comentario: