lunes, 12 de marzo de 2012

Entrevistas a la luz de la hoguera (I)

Comenzamos en Caza y campo una serie de entrevistas con cazadores y personas relevantes en el mundo de la caza.

La primera de ellas es con Alfredo Arce Lozano, mi padre, al cual solo le falta cazar el oso y el lobo para completar toda la fauna cinegética de España.

Comenzamos,

1.           Tu gran afición por la caza, ¿de dónde proviene?
Nací en el seno de una familia cazadora y pescadora y ya desde pequeño salía con mi abuelo, padre y tíos acompañándoles al campo a verles cazar ó pescar.

2.           ¿Cuánto hace que comenzaste a cazar?
Como te decía yo creo que desde que me llevaban en el “capacho” al campo, pero que yo tenga memoria desde los 8 años en el año 1961, hace 50 años.

3.           ¿Qué significado tiene la caza para ti?, ¿de qué manera ha influido en tu vida?
Es una pasión!. El contacto con el campo, con la flora y la fauna en su hábitat te marca profundamente y te hace ver la vida de otra manera.
Hay esfuerzo, sacrificio, humildad, prudencia, discreción templanza. Te ayuda a ver la vida de otra manera y ha estar más cerca de los valores fundamentales que debe tener el ser humano. No en vano el hombre desde el principio de la humanidad ha sido cazador.

4.           ¿Eres cazador de menor, de mayor o ambas?
He sido cazador de ambas, pero tengo que reconocer que la mayor me tira mucho más. (Y ahora ando menos.!!!!)

5.           ¿De entre las modalidades cinegéticas practicadas en España, ¿tienes preferencia por alguna? ¿por qué?
 He practicado casi todas. Cincuenta años dan para mucho !!. Soy devoto de la Montería Española, que es un privilegio tenerla, pero siempre me ha atraído el rececho.
Es la caza por antonomasia. El hombre frente a la pieza.
Ronda, vaqueo, con reclamo, con cimbel, en espera, con liga, con trampas, al rececho, he cazado de casi todas las formas y maneras posibles.

6.           Centrándonos un poco en tu experiencia cinegética personal, me gustaría que nos contases cómo viviste tu primer lance.
La memoria flaquea en detalles tan lejanos. Pero recuerdo cazar un zorzal con escopeta del cal. 28, que era mi primera pieza y esa no se olvida nunca. Y luego el lance de mi primer cochinete en los montes de Toledo. Ah! Y cazando águilas con búho disecado en la zona de Miraflores.

7.           Imagino que de entre tus innumerables recuerdos cinegéticos, alguno seguro que es especialmente significativo. ¿Nos harías partícipes del mismo?
Un venado que falle en Jaén en la finca Cerro del Toro. Yo estaba fuera de la montería, me había colocado un amigo de mi padre.
El puesto era de recula, en un sopié. Se descolgó un venado bueno. Iba corriendo las posturas de una traviesa y descolgándose por el testero se libraba de los tiros. Terminó saliéndose de las posturas y a toda carrera bajaba hacia el sopié. Yo llevaba viéndole un buen rato y apuntándole en todo el recorrido, hasta tenerlo a treinta metros.
Entre el venado y yo no había ni una mata, todo, rastrojera y piedras. Me precipité, le tiré el primer tiro luego el segundo (llevaba una escopeta del 12 con bala).
Me dio tiempo a cargar otra vez y tirarle otros dos tiros. Nada ni tocarle. (Era el venado más grande que podía imaginar. Catorce puntas).
Y se marchó a criar. Hay que tener en cuenta que el tercer tiro estaríamos los dos a veinte pasos.
Decepción total !!!. El desaguisado se estuvo recordando durante toda la temporada para cachondeo de unos y otros. Yo tenía 14 años.

8.           El lance que recuerdas con más cariño ...
 Un corzo que tiré a rececho una mañana de Septiembre con uno de mis hijos. El corzo era muy bueno, y disfruté como nunca por cazarlo con mi hijo Juan. Ese corzo tenía nuestro nombre.

9.           El lance más espectacular que has vivido ...
 Cazando el Urogallo en año 1977,  a las seis y media de la mañana, con todo el bosque nevado y entre dos luces.
Fue en Somiedo, (Asturias) después de dos horas  y pico subiendo y bajando por las sendas del “osu”.
Lo tiré en el suelo y arrastrándome por la nieve. El gallo estaba cantando y ciego por su celo. Pesó tres kilos y medio y jamás se me podrá olvidar, sobre todo porque era la primera vez que conocía al gallo del bosque y su entorno. Espectacular ¡!!.

10.       ¿Tu trofeo cinegético más apreciado?
 Por lo que he dicho antes y porque cuando me tocó en sorteo, iba con poco interés, porque me parecía una caza menor, y luego me dí cuenta que era un auténtico señor del bosque.

11.       De todos los cazaderos que has podido conocer ¿Hay alguno que te resulte especial?
 Esta pregunta es difícil. He conocido toda España cazando y cada sitio es especial. Asturias, (Somiedo, Reres), Huesca, Murcia (S. Espuña) Andalucía, Cuenca, Pirineos, León, Cataluña (Sierra del Cadí), etc.  Pero sin duda por familia y por donde he cazado más y mejor, te diría que Los Montes de Toledo y Ciudad Real, junto con Extremadura.

12.       Hablando de especies cinegéticas ¿te quedas con alguna en concreto?
 El corzo y el cochino.

13.       Cuéntanos alguna anécdota cinegética que te haya ocurrido.
 Puf, esta pregunta es para nota. Tengo muchas, pero destaco dos.
Una espera a jabalíes en Agosto en la finca del que luego sería mi  suegro. Cuando tiré al cochino, tendría alrededor, sin exagerar, unos treinta cochinos, entre hembras, primalones y machos. Y yo maté una guarra. ¡!!!
La estampida que se formó esa noche de luna clara y con el estruendo de un tiro de escopeta, fue memorable.
La segunda fue tirando un sarrio en la Sierra del Cadí (Que por cierto fallé).
Después de haber pasado un día, que por poco morimos en el intento (la subida fue de órdago), zona escarpada, empinada y salvaje, (las nubes estaban debajo de nosotros y parecía que nos asomábamos a la ventanilla de un avión)
Después de calibrar la distancia, tiré al sarrio asomándome a un escarpado de casi doscientos metros, con el guarda agarrándome de la cintura para no caer al vacío.
Disparé y nos fuimos los dos para atrás de culo. Por supuesto lo fallé. El ansia de cazar y el trofeo nos gastó una mala pasada.

14.       ¿Qué prefieres, escopeta o rifle? (comenta un poco el arma y modelo que sueles utilizar)

Eso depende de la modalidad. Para la caza menor, una Ugartechea  del cal. 12 yuxtapuesta, que perteneció a mi padre.
Y en la caza mayor, por lo menos en montería, suelo utilizar un Express 8x57 con el que me encuentro muy cómodo y me parece un rifle deportivo por antonomasia (dos tiros solamente)
Al rececho me decanto por un 270 de cerrojo, sin duda.

15.       En cuanto al papel de las rehalas en nuestra montería tradicional ¿qué comentario te merece?
El mejor que se puede decir. Si no fuese por los perros, cazaríamos muy poco y mal.
Además el trabajo de perros y perrero, merece la pena verlo, sentirlo y disfrutar de ello. Yo aunque no cace, si escucho, ladras y carreras ya me doy por satisfecho.
La abnegación de los perros y el buen hacer del perrero asegura el día.
Y si no que se lo pregunten a mi amigo Perico G. de Castejón, (un modelo a imitar).


16.       Habrás visto cazar infinidad de ellas y seguro que puedes citar alguna/s que te hayan llamado especialmente la atención ….

Hay muchas y no querría dejarme a nadie. Las rehalas de Perico Castejón. Pinilla. Las hay buenísimas en la Puebla de D. Rodrigo., las de Valdueza, etc.

17.       Cuando vas de montería, ¿qué tipo de puesto prefieres que te toque en suerte (cortadero, torreta, testero, un portillo, gatera?¿por qué?
Por donde entren los bichos. ¡!!!

18.       ¿Eres aficionado a la lectura? En caso afirmativo, nombrar tus preferencias y contestar a la siguiente pregunta, ¿Y a la literatura cinegética? ¿Cuál es el último libro que te has leído?
Que duda cabe que sí y por variadas causas. Me gusta la novela y las biografías especialmente.
El último libro que he leído y que son dos son de Lolo de Juan, que por cierto me los ha dedicado.

19.       ¿Tu plato gastronómico cinegético preferido? ¿Con qué bebida lo acompañarías?
No me gusta especialmente la caza, probablemente por que a mi mujer no le convence. (En casa del herrero…………..)
Mi suegra hace un jabalí que te chupas los dedos. Y las codornices estofadas son un lujo para mí.

Como me gusta el vino y soy un buen aficionado, diría que cualquiera. Hoy se hacen vinos extraordinarios en cualquier lugar de España. Rioja y Ribera del Duero.
En Castilla la Mancha, espléndidos, Vínculo, Martúe y Marqués de Griñón.

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