viernes, 14 de febrero de 2014

El Zorro de la cuerda de Pichón

Este es un relato corto de una montería de mucho viento y algo de fortuna...

En el momento en el que saqué la tarjeta con el puesto, supe que por la noche me iba a doler la cabeza. El puesto situado en la cuerda de Pichón, está situado en lo más alto, junto a unas peñas que dividen la solana de la umbría y que hacen de atalaya para los buenos monteros.
 
Desde mi puesto se observaba toda la mancha a cazar, la solana de Pichón, el sopié de Panzarrubía, el cerro del Milano...
Aquí me encontraba yo, en lo más alto de la finca y desde allí contemplaba toda la montería.
Ni que decir tiene que, como se puede apreciar en las fotografías, el día era frío y con mucho aire, lo que dificultaba sobre manera estar atento a ella.
 
 
Una vez colocado en el puesto decidí sentarme arropado por unas rocas, hasta que soltarán los perros. Inmediatamente escuché un tiro del puesto contiguo y me puse a escudriñar, entre las peñas y el monte, por si conseguía ver algo. Tenía el rifle sobre las manos, estaba todavía sentado, vi con el rabillo del ojo el paso de algo, seguí la posible huida y al instante se encaramo a una roca un hermoso zorro.
 
 Aquel zorro, como en ocasiones, se estaba saliendo de la mancha nada más oír a los perros. Cuidadoso como en otros días, huyó acompañado de otro zorro, para escaparse de lo que en la mancha se avecinaba. Aquel día su compañero acababa de ser abatido por un cazador y ella se disponía a salir de allí. Un acto propio de quién se sabe ya libre de peligro, fue lo que le llevo a perder la vida. Nada más encaramarse a la roca, echó la vista atrás, como para despedirse y allí mismo rindió su cuerpo.
 
Del resto del día poco más puedo contar, solo dejaros la bonita estampa de este zorro.


 JAA

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