En primer lugar quiero felicitar el año 2013 a todos, esperando que sea el de la recuperación y que todos podamos disfrutar de nuestra afición mejor que nunca.
Este año que dejamos, acaba con 18.600 visitas al blog, 23 miembros del blog y 168 seguidores en el twitter del blog. Por eso os quiero dar las gracias por la difusión entre vuestros amigos y colegas de afición. Sin vosotros casi no merecería la pena escribir sobre ello.
Volviendo al post de hoy, he podido salir con mis hermanos y tíos a tirar a las perdices durante los días de navidad y casualidades o no he podido ver más caza mayor que nunca.
Las reforestaciones que se hicieron hace unos años, ya están muy crecidas y parece que a las reses les gusta bajar del monte y encamarse en estas zonas donde están tranquilos y no se les molesta.
El día 30 salimos en mano mi Padre y yo por la zona de las tamujas pegado al arroyo con vistas a darle una vuelta a la finca y ver si salía alguna patirroja o liebre. Mis tíos se habían apostado un poco más adelante por si salía un guarro que habían visto con anterioridad. Nosotros fuimos despacio a ambos lados del arroyo, escudriñando cada tamuja, lentisco o encina para sorprender a las perdices que estarían al borde de la siembra.
Fuimos avanzando y solo vimos alguna que otra paloma que huía a cierta distancia sin poder disparar. Pasados el primer kilómetro de caminata, decidimos acercarnos a la zona donde se habían apostado mis tíos. Intuimos que al no oír disparos no habrían visto nada.
Al llegar, nada de nada habían visto, por lo que decidimos pararnos a charlar un poco y decidir por dónde seguíamos en mano. Pasados unos momentos, mi padre señala sobresaltado una guarra que viene a la carrera hacía nosotros desde la reforestación. Rápidamente cambio los cartuchos por balas y corro unas decenas de metros hasta que la guarra se intenta meter por una gatera y se pega un topetazo contra la malla. Esta a setenta metros y logro disparar una vez sin suerte, antes de que encuentre la gatera y se vaya entre las tamujas.
(no se corresponde con la original) |
Inmediatamente después de los lamentos, por la linde vemos correr tres primalones que habían decidido tirar por otro camino y a los cuales mi tío logra tirar pero sin suerte. ¡Vaya, se nos han escapado! Exclamamos. No entendemos muy bien porque se han asustado y corrido hacía nosotros pero más rabia nos da no habernos quedado con ninguno.
Después de un rato decidimos seguir por la reforestación hacía el agua del rayo y de ahí al Pilar. Solo vemos palomas lejanas y una corza que vemos solo las orejas pues está tumbada. Al levantarse le siguen tres corcinos.
Al día siguiente, esta vez con mis hermanos, decidimos dar una vuelta a la finca pero en el sentido contrario al día anterior.
Comenzamos en Valdeazor y vamos cruzando toda la reforestación hasta el camino que va a la laguna. Por el camino vamos en línea Álvaro, Jacobo, Nacho Y yo. En los primeros metros Nacho y yo tiramos unas palomas y un bando de perdices, se nota que estoy desentrenado pues las fallo a capón.
En toda la reforestación vemos hasta nueve corzos, dos ciervas y varios varetos, es impresionante lo bien que están creciendo los alcornoques y encinas, ya está todo muy tupido y se va llenando de caza.
Seguimos dando la vuelta pegados al agua del rayo, llevamos tiempo sin que nos salga ninguna rabona o patiroja, pero seguimos con esperanzas. Al llegar al filo del montecillo, Jacobo tira una liebre y de inmediato suena una carrera y aparece una cierva entre Alvaro y yo, la cual dejamos pasar, no sin gran sobresalto.
Ya estamos otra vez en la zona de las tamujas, prácticamente recogiendo para subir a casa. Nos encontramos hablando y esperando a Álvaro que es el que va más abierto y tiene que cruzar el arroyo. En esta espera suena un tiro, seguido de un ¡Ahí va el guarro!, nos miramos estupefactos y vemos aparecer un guarraco entre las tamujas. Ver al guarro y salir corriendo, mientras cambiamos los cartuchos por balas, es un todo uno. El guarro se para a 70 m, sorprendido de vernos y aprovechamos para cargar y apuntar, ya en movimiento tiramos los tres sin darle. Nacho dice que va tocado, yo he visto que el mio daba en el agua justo delante de él. El guarro sale corriendo y se oyen dos disparos más de Álvaro.
Cuando llegamos al lugar, nos dice que lo ha fallado a huevo y piensa que va tocado. El bicho va trotineando y se para en la distancia debajo de una encina. Decidimos ir hasta allí para ver si da sangre. Así es, una gotita encontramos, pero no deja rastro suficiente y nos lleva mucha ventaja. Álvaro se lamenta porque es el primer guarro que tira y hubiera sido un fin de año perfecto.
(No se corresponde con el original, lógicamente no llevábamos cámara) |
No ha podido ser, pero esto promete para años sucesivos. Felices fiestas, buen comienzo de 2013 y que siga la caza.
JAA
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