Hoy después de una temporada de muchas salidas a los corzos, de volver de vacío unas veces y otras de ver pero no poder tirar, he podido finalizar de la mejor forma ésta.
He
llegado a eso de las 7.20, todavía no había amanecido
por lo que mi entrada en el coto no ha producido muchas molestias. He dejado el
coche a la altura de los chopos nada más pasar la perrera. He mirado con los
prismáticos hacía el pino de Giuseppe y no he visto nada. Siguiendo pegado al
canal por el camino me han cruzado dos corzos, que no he podido identificar,
han cruzado el canal por el primer puente y se han metido en el monte. No se
veía con claridad por lo que al echarme los prismáticos sólo he podido ver los
bultos.
He continuado por el camino que llega hasta el cortadero y me he asomado en la esquina que da al rastrojo y a los girasoles. En medio había una corza que me ha sentido y se ha metido en el monte ladrando por lo que he pensado que me acababa de fastidiar toda la operación. Me he quedado quieto esperando algo de movimiento, pero no se ha movido nada.
Trascurridos 5 minutos de espera mirando con los prismáticos, he decidido avanzar pegado al monte para mirar en los girasoles y si llegaba el caso en el filito. A unos 30 pasos me ha sorprendido un bulto que salía de los girasoles hacía el monte, era una corza que se ha quedado al borde. Detrás venían dos más, esta vez el último era un macho. Han dado dos saltitos y se han quedado en el filo del monte, ramoneando una chaparra.
He pensado que los perdía, estaban a mi juicio a casi 200 m y no podía valorar el macho. Un golpe de fortuna ha pasado cuando han decidido volver a los girasoles en dirección a donde yo me encontraba. Me he quedado quieto, pegado al monte, el único movimiento era el de mirar por los prismáticos. Cuando se han parado he podido ver que se trataba de un macho tirable, sobresalía por encima de las orejas y se veía de cara las puntas bien claritas. No me lo he pensado y cuando se ha atravesado un poco, pues lo tenía de frente, lo he tirado cayendo en el momento. Medidos estaba a 170 pasos.
He continuado por el camino que llega hasta el cortadero y me he asomado en la esquina que da al rastrojo y a los girasoles. En medio había una corza que me ha sentido y se ha metido en el monte ladrando por lo que he pensado que me acababa de fastidiar toda la operación. Me he quedado quieto esperando algo de movimiento, pero no se ha movido nada.
Trascurridos 5 minutos de espera mirando con los prismáticos, he decidido avanzar pegado al monte para mirar en los girasoles y si llegaba el caso en el filito. A unos 30 pasos me ha sorprendido un bulto que salía de los girasoles hacía el monte, era una corza que se ha quedado al borde. Detrás venían dos más, esta vez el último era un macho. Han dado dos saltitos y se han quedado en el filo del monte, ramoneando una chaparra.
He pensado que los perdía, estaban a mi juicio a casi 200 m y no podía valorar el macho. Un golpe de fortuna ha pasado cuando han decidido volver a los girasoles en dirección a donde yo me encontraba. Me he quedado quieto, pegado al monte, el único movimiento era el de mirar por los prismáticos. Cuando se han parado he podido ver que se trataba de un macho tirable, sobresalía por encima de las orejas y se veía de cara las puntas bien claritas. No me lo he pensado y cuando se ha atravesado un poco, pues lo tenía de frente, lo he tirado cayendo en el momento. Medidos estaba a 170 pasos.
A las 8.15 ya estaba haciéndole fotos al corzo y más feliz que una perdiz. Sin duda es un buen colofón para una temporada de lujo.