jueves, 13 de diciembre de 2012

De montería con Juancho Narváez

Un año mas nos disponíamos a cazar en esta preciosa finca, situada a los pies de Gredos, junto al pueblo avileño de Candeleda, en el límite de la provincia de Toledo.
Llegamos a la casa de la finca, después de un largo camino entre dehesas preciosas de encina y alcornoque. Habíamos quedado en la junta a las nueve de la mañana y, aunque con frío, el sol brillaba y nos hacia presagiar un buen día de montería.
Tras saludar a Juancho, a los amigos y compañeros monteros nos tomamos unas estupendas migas con huevos y un café en el pabellón de caza y salimos al patio para proceder al sorteo. Esta vez íbamos al puesto mi padre, mi madre y yo, que me había colado a última hora, pero hay que reconocer que siempre es una alegría que venga ¨mamᨠde montería.
En el sorteo nos tocó el número cinco de la Traviesa de las Manzanas. Al principio no nos gustó demasiado pues era un cierre y tenía parte de sopié. Pero ¨que Dios reparta suerte¨ dijimos.
Al llegar al puesto cambió la cosa, era un puesto precioso con una ligera parte de cortadero y una amplia zona que hacía las maneras de sopié sin llegar a serlo, pues todavía quedaba algo de monte por detrás.
Mamá estaba encantada, ya que lucía el sol y apenas había una gota de aire, que por cierto, no soplaba muy de cara.

Lo cierto es que teníamos grandes esperanzas en esta montería, pues era ¨de las buenas¨. Y así fue, nada mas soltar ya se oían las ladras y los puestos cercanos empezaron a tirar. Alguna carrera nos ponía en alerta sin llegar a romper por nuestra postura hasta que poco mas de una hora después de la suelta, un grupo de reses se descolgó rompiendo monte hacia nosotros. La incertidumbre de si entrarían a nuestro puesto, el corazón que en esos momentos late a mil pulsaciones, la piel de gallina... es un momento difícil de explicar, único..!
Tras unos breves instantes rompieron dos venados al cortadero, Papá encaró y falló el primer disparo, pero los ¨pavos¨ cometieron el error de correr hacia los rasos, y fue en el segundo donde cayó seco. Fue entonces cuando nos dimos cuenta de la calidad del venado que mi padre acababa de matar, era sencillamente espectacular.
A simple vista le calculábamos 16 puntas y un grosor y una longitud extraordinarias, lo que se llama un ¨pavo¨.

Le di a mi padre un abrazo felicitándole, pues la ocasión lo merecía . Y acto seguido me pasó el rifle, ¨te toca tirar, yo ya he cumplido¨ me dijo.
Lo cierto era que la montería había superado las expectativas, pero aún quedaban cerca de dos horas y con ello muchos lances por delante.

Al poco tiempo nos salió una cierva, que dejé pasar pues era bastante joven y, pudiéndose tirar, no era su momento. Iban pasando los minutos y llegaron los perros hasta nuestra postura, cuando una ladra nos puso en alerta. Entre el monte pude ver como un venado corría en dirección a nuestra armada, pero no sabía si rompería por nuestro puesto. Por fin lo vi con claridad, corría directo hacia la vaguada que separaba el límite de tiradero con el puesto numero seis.

Me encaré, como un manojo de nervios y con mil pulsaciones, se me salía el corazón por la boca. El venado corría a toda velocidad así que le adelanté el tiro casi un metro y pumm!, cayó de bruces.
Avisando al puesto siguiente me acerque para rematarlo, justo al tiempo que llegaba el perrero y le cedía los honores, puesto que sabría hacerlo mejor que yo. Se trataba de un bonito ¨doce puntas¨, abierto, simétrico, un venado precioso de montería.

No eran ni las dos de la tarde y el puesto había cumplido con creces, mas de lo esperado.
Mi madre estaba disfrutando de lo lindo, el tiempo acompañaba y mi padre no cabía en su alegría. Había matado un buen venado, había visto a su hijo matar otro bien bonito, ambos con unos lances espectaculares y mamá estaba encantada.
Un día perfecto, en familia y con un resultado envidiable, 21 venados y 5 guarros cogidos por los perros, uno de este porte...
Jacobo.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Puente de la Inmaculada

Este puente de la inmaculada lo he pasado completo en el campo. Ha hecho un tiempo muy bueno y he aprovechado para trabajar en la recien estrenada viña y dar algun paseo por el campo.

En uno de estos paseos, dentro de la reforestación vimos unos cuantos corzos y aunque a simple vista no nos impresionaron mucho, al ver las fotos que hice, pudimos comprobar la buena cornamenta, en formación, del macho.

Os dejo las fotos y algún zoom para poder verlas mejor.
En esta primera foto vemos a tres corzas y un corcete a unos 50 m dentro de la reforestación:

Un zoom donde se puede apreciar el pelaje de invierno de los cuatro ejemplares y la borra del machete.


Este zoom nos deja apreciar el buen porte de la cuerna del macho, que aunque siempre engaña con correal, parece que promete.


Cuando se cansaron de vernos hacerles fotos, salieron corriendo entre los arcornoques y encinas y se pararon a los 30 m.

El macho se puso en cabeza del grupo, no fuera que le mandasemos un pildorazo.


En estos dos zoom se aprecia la elegancia al correr de los corzos, así como la longuitud de las cuernas, que sobrepasan en varios dedos la altura de las orejas.


Finalmente nos dimos una vuelta por la laguna y vimos varias encinas totalmente hozadas por los jabalies.




Un saludo y buena caza.
JAA